Las redes transfronterizas europeas de CO2 empiezan a tomar forma
En diciembre, la Comisión Europea publicó una lista de los 18 proyectos que compiten por ser reconocidos formalmente como piezas clave dentro de la emergente infraestructura de la UE para el transporte y almacenamiento deCO2. En virtud del Reglamento sobre Redes Transeuropeas de Energía (RTE-E), cada dos años se publica una lista de "Proyectos de Interés Común" (PIC), siendo las redes transfronterizas de transporte y almacenamiento deCO2 una de las áreas prioritarias para su desarrollo. Los solicitantes seleccionados pueden beneficiarse de una serie de ventajas, como una tramitación más rápida de los permisos y el acceso a la financiación a través del Mecanismo "Conectar Europa".
La6ª lista de PCI de este año -la cuarta que incluye redes deCO2- es de especial interés, ya que se produce tras una importante revisión del reglamento de las RTE-E en 2022. Tras una exitosa campaña liderada por Bellona y Clean Air Task Force, la categoría de redes deCO2 se abrió a proyectos de almacenamiento geológico, una inclusión vital dada la grave escasez de proyectos de almacenamiento deCO2 actualmente en tramitación. Todos los PIC deben conectar dos o más Estados miembros, y también se ha introducido la designación "proyectos de interés mutuo" (PMI) para los proyectos que incluyen a Estados no miembros de la UE ("terceros países").
Esta última lista de candidatos representa un aumento sustancial con respecto a los ocho proyectos que se presentaron a la5ª lista, lo que indica el creciente impulso en Europa de la captura y almacenamiento de carbono como elemento vital de la descarbonización industrial. También es significativo el alcance geográfico mucho más amplio de la cosecha actual; mientras que antes los planes se limitaban al Mar del Norte, ahora vemos interés en los cuatro puntos cardinales del continente, desde Islandia hasta Grecia, y desde España hasta Lituania.
El Mar del Norte se consolida como centro de almacenamiento
No obstante, la mayoría de los proyectos siguen concentrándose en torno al Mar del Norte, donde los operadores tradicionales de petróleo y gas (así como los recién llegados) buscan desarrollar el enorme potencial de almacenamiento geológico en alta mar. La mayoría de los proyectos de redes transfronterizas deCO2 en esta región pretenden conectar varios emplazamientos de almacenamiento previstos con agrupaciones de industria pesada en el norte de Francia, Bélgica, Países Bajos y Alemania. Algunos de ellos, como los puertos de Dunkerque, Amberes y Rotterdam, ya figuraban de alguna forma en la lista del5º PCI; entre las iniciativas más recientes figuran los planes de terminales de exportación deCO2 en Le Havre (Francia), Zeebrugge (Bélgica) y Wilhelmshaven (Alemania).
El transporte deCO2 del emisor al almacenador se ha convertido rápidamente en una opción popular para los primeros proyectos en Europa, debido a su flexibilidad y menores costes iniciales, y sigue siendo una característica clave de la nueva lista, con unas 15 terminales de importación o exportación mencionadas en las descripciones del PCI. Sin embargo, la lista también incluye algunas iniciativas importantes de gasoductos deCO2, como el ambicioso plan dirigido por Equinor para conectar Zeebrugge y Wilhelmshaven con nuevos grandes emplazamientos de almacenamiento en la plataforma continental noruega a través de hasta 900 km de gasoductos. Los gasoductos pueden ofrecer costes de transporte mucho más bajos que el transporte marítimo, pero requieren mucho capital y dependen de la seguridad a largo plazo sobre los grandes volúmenes deCO2 capturado.
Aunque la mayoría de los proyectos de almacenamiento del Mar del Norte mencionados por los candidatos son planes ya existentes, como Northern Lights, Aramis en los Países Bajos y Bifrost de Total en Dinamarca, también hay algunas propuestas relativamente nuevas. En particular, destaca el Proyecto Norne de Dinamarca, que abarca dos proyectos de almacenamiento en tierra, cada uno de ellos vinculado a instalaciones de importación deCO2 propuestas en puertos cercanos. Tras los fracasos iniciales debidos a la escasa aceptación del público, existe desde hace tiempo cautela hacia el almacenamiento terrestre deCO2 en la UE, pero con cinco propuestas terrestres en la lista, es evidente que los promotores empiezan a verlo como una oportunidad viable y de bajo coste en el contexto adecuado.
El transporte interior adopta muchas formas
Más allá de la costa del Mar del Norte, varios proyectos reflejan la clara necesidad de conectar las terminales de exportación previstas con los emisores deCO2 del interior, ya sea por gasoducto, gabarra, ferrocarril o carretera. El corazón industrial de Alemania ocupa un lugar destacado en estos planes, que incluyen la iniciativa del gasoducto Delta para conectar Rotterdam con la región fuertemente industrializada de Renania del Norte-Westfalia y, más al sur, con Ludwigshafen. Esta iniciativa forma parte de un plan más amplio del operador de la red de gas OGE, que ha presentado un proyecto de red de gasoductos deCO2 que abarcará gran parte del país. También hay otros modos de transporte, como el proyecto Nautilus para transportarCO2 desde Duisburgo por el Rin.
La conexión báltica
Con su acceso relativamente fácil por barco al Mar del Norte, la costa báltica es otra zona emergente para la exportación deCO2. Los planes para una terminal en Gdansk ya figuraban en la lista del5º PCI, lo que dio lugar a varios planes de captura deCO2 en la zona, y el hub aparece de nuevo junto con una iniciativa similar en Klaipeda (Lituania). Ambos centros prometen agrupar las emisiones de sus alrededores para exportarlas por ferrocarril, gasoducto o barcaza cuando sea necesario.
Actividad emergente en el Mediterráneo
Quizá la incorporación más significativa a la actual lista de candidatos sea la nueva oleada de propuestas en todo el sur de Europa. Aunque la mayoría se han anunciado de alguna forma en los dos últimos años, el reconocimiento de la PCI podría ser un paso importante hacia su realización. En los Pirineos franceses, el proyecto Pycasso es otro proyecto de almacenamiento en tierra que pretende explotar el importante recurso de almacenamiento geológico insinuado por primera vez en el exitoso proyecto piloto de Lacq (2010-2013). Esta iniciativa pretende recogerCO2 de todo el suroeste de Francia y conectarlo con España por barco hasta el puerto de Bayona o por gasoducto a través de las montañas. El proyecto Callisto gira en torno al centro italiano de Rávena, paralizado desde hace tiempo, que dio señales de vida el año pasado con la creación de una empresa conjunta entre Eni y Snam. Callisto, una de las pocas posibilidades de almacenamiento a corto plazo en el Mediterráneo, pretende conectar el centro por barco con la gran aglomeración industrial cercana a Marsella, así como con los emisores del interior de Francia e Italia. En Grecia, el emplazamiento de almacenamiento de Prinos de Energean -al igual que Rávena, basado en un yacimiento de gas agotado- también expone sus argumentos como sumidero permanente deCO2 en el Mediterráneo oriental, incluido un plan específico para transportar el gas de efecto invernadero desde una cementera de Sicilia.
Por último, los promotores croatas han propuesto un centro de almacenamiento en el noreste del país como medio de descarbonizar la producción de cemento, tanto en Croacia como al otro lado de la frontera, en Hungría.
Una red europea
Algunos de estos candidatos no pasarán el corte cuando se apruebe la lista definitiva en noviembre, aunque sus posibilidades de progresar pueden mejorarse respondiendo a la consulta abierta en la UE antes del16 de marzo. Muchos de los planes se encuentran aún en una fase inicial, y la mayoría tienden a ser necesariamente vagos, enumerando a menudo una amplia gama de posibles opciones de transporte o destinos de almacenamiento deCO2. No obstante, ofrecen una imagen informativa de cómo podría ser y funcionar una infraestructura deCO2 verdaderamente transregional, en caso de contar con el apoyo político y la inversión industrial adecuados. Aunque la financiación del Mecanismo "Conectar Europa" es un complemento esencial para algunos de los proyectos actuales, no basta para justificar una inversión. En Europa, el precio del carbono en el marco del régimen de comercio de derechos de emisión es el motor fundamental de la descarbonización, y la oleada de interés por la captura y el almacenamiento de carbono debe mucho a su reciente pujanza. La planificación racional de infraestructuras optimizadas a gran escala a través de herramientas políticas como las RTE-E puede ayudar a garantizar que las industrias emisoras de toda Europa tengan acceso a los medios para descarbonizarse, y evitar estrategias fragmentarias y de mayor coste que ralenticen el progreso.
Lea la respuesta de CATFa la consulta de la Comisión Europea sobre la lista de proyectos de interés común candidatos.