
Las nuevas orientaciones del Tesoro para la desgravación fiscal de los combustibles de aviación sostenibles mejoran las evaluaciones de la intensidad de carbono y tienen más en cuenta las emisiones indirectas derivadas del cambio en el uso del suelo.
La guía de crédito para combustibles de aviación sostenibles (SAF) publicada hoy por el Departamento del Tesoro capitaliza aún más el enorme potencial de la Ley de Reducción de la Inflación de 2022 (IRA) para mitigar el cambio climático, al exigir a los productores de combustibles de aviación sostenibles que demuestren que sus productos aportan claros beneficios medioambientales.
"El impacto climático del crédito SAF depende en gran medida de la capacidad del Tesoro para identificar y recompensar aquellos biocombustibles que realmente reducen las emisiones netas a la atmósfera", dijo Jonathan Lewis, Director de Descarbonización del Transporte en Clean Air Task Force. "Las orientaciones de hoy demuestran que el Gobierno se está tomando en serio ese trabajo".
Los aviones emiten casi mil millones de toneladas de dióxido de carbono al año. La plena descarbonización del sector requerirá, como mínimo, el desarrollo y despliegue de combustibles de aviación que apenas añadan gases de efecto invernadero a la atmósfera.
El Congreso introdujo la desgravación fiscal SAF en el IRA para fomentar la producción de combustibles de aviación "drop-in" fabricados mediante procesos innovadores que utilizan residuos agrícolas, aceites de cocina reciclados, hidrógeno limpio, átomos de carbono capturados y otras materias primas beneficiosas para el clima. Para poder beneficiarse de este crédito, que asciende a 1,75 dólares por galón, la intensidad de carbono del ciclo de vida del combustible debe ser al menos un 50% inferior a la del combustible convencional derivado del petróleo.
Determinar el volumen neto de gases de efecto invernadero (GEI) emitidos a lo largo de todo el ciclo de vida de un combustible requiere herramientas de evaluación del ciclo de vida cuidadosamente construidas y calibradas. Clean Air Task Force y otras organizaciones instaron a las agencias federales, incluidos el Tesoro y el Departamento de Energía Estados Unidos , a introducir dos mejoras críticas en la herramienta de modelización GREET que utilizarán para realizar las evaluaciones de GEI del ciclo de vida de los SAE a partir de biomasa:
- En primer lugar, para proteger la integridad científica del proceso de evaluación de la intensidad de carbono en el que se basará la emisión de la desgravación fiscal SAF por parte del Tesoro, el GREET debe actualizarse para que utilice datos o supuestos que tengan en cuenta adecuadamente hasta qué punto la producción de materias primas para biocarburantes provoca cambios indirectos en el uso del suelo que perjudican el clima.
- En segundo lugar, la versión del GREET que utiliza el Tesoro no debe dar crédito a las supuestas mejoras de los niveles de carbono orgánico del suelo en los campos donde se cultivan materias primas para biocarburantes, debido a la enorme incertidumbre y variabilidad asociadas a las mediciones del carbono orgánico del suelo.
Las orientaciones publicadas hoy incorporan nuestras dos recomendaciones al garantizar que cualquier evaluación de la intensidad de carbono basada en el GREET tenga más en cuenta las emisiones indirectas relacionadas con el cambio de uso del suelo y al limitar la dependencia indebida de las mejoras alegadas en los niveles de carbono orgánico del suelo. Otra consecuencia de las orientaciones del Tesoro sobre las herramientas adecuadas para analizar la intensidad de carbono es que es poco probable que los procesos existentes para fabricar combustible de aviación a partir de etanol de maíz puedan acogerse a la desgravación fiscal, lo que debería animar a la industria del etanol a acelerar los planes para capturar y secuestrar las emisiones de dióxido de carbono de sus instalaciones.
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