El nuevo informe del IPCC subraya la importancia de reducir rápidamente las emisiones
Recientemente, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) ha publicado su informe del Grupo de Trabajo II, el último de una larga serie de informes que ilustran la necesidad urgente de actuar sobre el clima. La aceleración de los impactos humanos y naturales del calentamiento del clima - impactos que golpean con más fuerza a los más vulnerables y que superan los esfuerzos de adaptación - se detallan ampliamente en el último informe del IPCC, y deberían ser una sombría advertencia para los responsables políticos de todo el mundo.
La contribución del Grupo de Trabajo I antes de la COP26 ayudó a centrar a los líderes mundiales en la cuestión de la reducción del metano. Ese informe ilustró que la reducción de las emisiones de metano es una acción crítica que debemos tomar ahora y que reducirá significativamente la cantidad de calentamiento global que experimentaremos en las próximas dos décadas. El Grupo de Trabajo II se basa en este mensaje al proporcionar información detallada sobre el peligroso y caluroso futuro al que nos acercamos rápidamente sin una mitigación extremadamente agresiva del metano y el dióxido de carbono.
Durante décadas, las evaluaciones tendían a anticipar que los impactos del cambio climático empeorarían a un ritmo constante. Sin embargo, en los últimos años, la ciencia ha evolucionado. Ahora entendemos que estos puntos de inflexión catastróficos -como la pérdida de la selva amazónica o el colapso de la capa de hielo de la Antártida occidental y los terribles impactos de esas transformaciones en las poblaciones vulnerables- pueden ocurrir a temperaturas mucho más bajas o más rápidamente de lo que se pensaba. No podemos dar por sentado que una adaptación lenta y constante al cambio climático será suficiente.
La mejor manera de frenar el calentamiento global es reducir rápidamente las emisiones de metano, y lo más esperanzador es que ya disponemos de las herramientas y la tecnología necesarias para lograr grandes reducciones en esta década. Lo único que necesitamos es la voluntad política para lograrlo.
El metano es un supercontaminante nocivo que calienta el planeta más de 80 veces que el dióxido de carbono en sus primeros 20 años en la atmósfera. Es responsable de medio grado centígrado de calentamiento global hasta ahora, y sus niveles están aumentando rápidamente: latasa de crecimiento atmosférico en 2021 fue la más rápida en años. Sin embargo, debido a su corta vida, reducir las emisiones de metano ahora tiene importantes beneficios a corto plazo. Reducir la contaminación por metano es una herramienta esencial y de primera línea para frenar el calentamiento global y evitar impactos a corto plazo e irreversibles.
La contaminación por metano procede de las actividades humanas en tres grandes sectores: los combustibles fósiles, la agricultura y los residuos. Y tenemos soluciones disponibles en los tres. Las tecnologías asequibles disponibles en la actualidad podrían detener casi la mitad de estas emisiones en esta década,lo suficiente para evitar un calentamiento de 0,3 °C en la década de 2040.
En el caso de los combustibles fósiles, podemos reducir sustancialmente las emisiones de metano inspeccionando periódicamente las infraestructuras de petróleo y gas en busca de fugas y superemisores, eliminando el despilfarro en la ventilación y la quema de gas, y actualizando los equipos anticuados de las instalaciones de petróleo y gas que emiten metano por diseño. En el caso de la agricultura, podemos frenar las emisiones con mejores prácticas de gestión del ganado y del estiércol en toda la producción mundial de carne y productos lácteos. Las emisiones de residuos, como las de los vertederos, pueden reducirse exigiendo a los vertederos que controlen estrictamente las emisiones de gas de vertedero rico en metano, y reduciendo y desviando los residuos orgánicos (la fuente de gran parte del metano) fuera de los vertederos para compostarlos o procesarlos en digestores de biogás.
Durante la COP26, más de 100 países se comprometieron con el Compromiso Mundial sobre el Metano, cuyo objetivo es una reducción mundial del 30% de las emisiones de metano para 2030. Muchos de los partidarios del compromiso ya están liderando el desarrollo de nuevas políticas sobre el metano, como Estados Unidos, la UE, Canadá, Colombia, Ecuador y Nigeria.
Los gobiernos están comenzando a poner en práctica estas soluciones -tanto en Estados Unidos a nivel estatal y federal como en todo el mundo- pero se necesitan acciones amplias y ambiciosas para lograr el ritmo y la escala necesarios para la reducción del metano.
Con este nuevo informe, los científicos climáticos más importantes del mundo han lanzado una advertencia nefasta sobre los impactos masivos que ya se están sintiendo en todo el mundo y los riesgos de desestabilización del sistema climático. Los que tienen menos recursos son los que más sufren, y cada fracción de grado importa. La necesidad de reducir rápidamente el metano junto con el dióxido de carbono y otros contaminantes climáticos nunca ha sido tan clara.
