Ir al contenido principal

Innovación energética en el Departamento de Defensa: Evaluación de las oportunidades

1 de marzo de 2012 Categoría: Electricidad
Innovación_energética_en_DoD-300

En los últimos años, impulsado por las exigencias del combate en Irak y Afganistán, así como por las tensiones presupuestarias que se avecinan, el Departamento de Defensa de los Estados Unidos se ha centrado cada vez más en las formas en que la energía afecta a sus operaciones y en las oportunidades de mejorar su rendimiento mediante el desarrollo y la adopción de tecnologías y prácticas energéticas innovadoras.

Muchos observadores ven en este nuevo enfoque interesantes oportunidades en la intersección de dos poderosas fuerzas dentro de una institución: el motor de innovación tecnológica más potente de la historia de la humanidad y las inigualables demandas energéticas de la defensa nacional. El historial del Departamento de Defensa en materia de innovación energética es extraordinario, y hay motivos para esperar que un esfuerzo renovado en este campo pueda dar lugar a importantes avances. Pero también parece que en la actualidad existen limitaciones significativas sobre el alcance y la escala de la probable influencia del DoD en el avance tecnológico que puede contribuir a la infraestructura energética de la nación en su conjunto, y en particular al desarrollo y despliegue de sistemas energéticos de baja emisión de carbono que podrían afectar al ritmo del cambio climático.

Este informe explora el panorama de estas cuestiones: ¿Cuáles son los modelos de innovación que han tenido éxito en el Departamento de Defensa, y cómo podrían aplicarse para desarrollar y comercializar la energía limpia hoy en día, ya sea dentro del propio Departamento de Defensa o en otras agencias federales?

Para comprender mejor este panorama, el informe ofrece en primer lugar una síntesis general de las cuestiones clave en torno a la innovación energética en el DoD, y a continuación presenta cuatro documentos que exploran perspectivas y elementos distintivos del proceso de innovación del DoD. En conjunto, esperamos que el informe constituya un análisis muy detallado de los atributos institucionales específicos del sistema de innovación del DoD que parecen relevantes para el reto de la innovación energética. ¿Pueden los responsables políticos aplicar con éxito estas lecciones y capacidades al contexto de las necesidades energéticas civiles de la nación?

Los atributos clave de la innovación en el Departamento de Defensa identificados en nuestro informe incluyen:

  • El valor estratégico de la investigación, el desarrollo, la demostración y el despliegue de sistemas tecnológicos de principio a fin; y, en concreto, el enfoque del DoD en las pruebas, la evaluación y la mejora continua de los sistemas;
  • Los poderosos efectos de los programas de adquisición grandes y sostenidos que están estrechamente vinculados a las capacidades de innovación del departamento;
  • La eficacia demostrada de dos modelos de innovación muy diferentes pero muy eficaces: la ampliamente alabada Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa y los programas de Investigación y Desarrollo Medioambiental Estratégico/Certificación Tecnológica de Seguridad Medioambiental; y
  • La importancia de las relaciones del DoD con las empresas comerciales, y la correspondiente capacidad para orientar y evaluar la eficacia de sus actividades de innovación en el contexto del desempeño de su misión.

Limitaciones

A pesar del aparente potencial de progreso en la vinculación del DoD con la innovación energética a la luz de estos atributos, también hay razones reales para cuestionar hasta qué punto, o con qué facilidad, la capacidad de innovación del DoD puede aplicarse o se aplicará a los retos energéticos más relevantes para nuestros objetivos medioambientales nacionales y globales. El Departamento de Defensa ofrece importantes lecciones institucionales y modelos de innovación impulsados por la misión de defensa, pero las lecciones y los modelos no siempre son fáciles de trasladar al contexto energético.

La capacidad del Departamento de Defensa de albergar la oferta y la demanda bajo un mismo techo, y de producir mejoras duraderas en sistemas complejos a lo largo del tiempo, impulsadas en parte por grandes programas de adquisición sostenidos, es casi única, y es poco probable que se reproduzca ampliamente en el contexto energético y climático. Existen importantes limitaciones a lo que el Departamento de Defensa puede hacer directamente en este ámbito; es poco probable que el departamento se convierta en un motor polivalente de innovación energética. En cambio, hay que suponer que los esfuerzos de innovación del DoD se centrarán en las tecnologías que más puedan contribuir a la misión militar. Queda por ver hasta qué punto estas tecnologías tienen el potencial de catalizar la innovación relevante para la reducción a gran escala de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Una importante cuestión abierta a este respecto es el grado en que el Departamento de Defensa considerará que la generación de energía de carga base con cero emisiones de carbono para sus instalaciones fijas es un área digna de inversión. Por ejemplo, el desarrollo y el despliegue de diseños de reactores nucleares avanzados, como los pequeños reactores modulares, es una oportunidad potencialmente importante para promover los intereses militares y civiles.

Desafío

Así pues, uno de los retos para los responsables políticos preocupados por la energía y el clima es maximizar las formas en las que el DoD puede contribuir directamente al progreso de las tecnologías clave relacionadas con la energía de forma que avance, o al menos no impida, la misión de seguridad. Pero los responsables políticos también deben pensar seriamente en las formas en que el modelo de innovación del DoD puede aplicarse más allá de sus fronteras institucionales, y en lo que la experiencia del DoD sugiere con respecto a las perspectivas de otras propuestas para mejorar nuestros sistemas nacionales de innovación energética.

De hecho, los principios que han animado los sistemas de innovación de éxito en el pasado parecen cada vez más claros, y a menudo están ausentes de los debates actuales sobre la política de innovación energética. El complejo militar-industrial que permitió a Estados Unidos ganar la Guerra Fría no se basó en un sistema de partidas presupuestarias balcanizadas y específicas para cada tecnología y en capacidades institucionales individuales e inconexas. Por el contrario, fue un ecosistema de innovación complejo, altamente integrado y multisectorial. ¿Es concebible que podamos avanzar hacia un modelo semejante de innovación energética?

El Departamento de Defensa está haciendo mucho para avanzar en la innovación energética, y debería seguir haciéndolo, pero también debemos ser realistas en nuestras expectativas sobre el resultado final de estos esfuerzos, a menos que se hagan mayores intentos para alinear conscientemente los esfuerzos del Departamento de Defensa con objetivos y recursos nacionales más amplios, o a menos que las instituciones fuera del Departamento de Defensa sean capaces de recrear algunos de los atributos clave del sistema de innovación de defensa.