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Enfermo de hollín: Cómo la EPA puede salvar vidas limpiando la contaminación del aire por partículas finas

9 de noviembre de 2011
SickOfSoot

La Agencia de Protección Medioambiental (EPA) Estados Unidos debe actualizar en breve las normas nacionales de salud para la contaminación atmosférica por partículas finas (PM2,5), comúnmente conocidas como hollín, una de las principales causas de muerte prematura y una amenaza generalizada para quienes padecen enfermedades pulmonares y cardíacas. Las normas sanitarias nacionales son herramientas fundamentales que impulsan la limpieza de la contaminación por hollín en todo el país.

Según la EPA, la contaminación por partículas finas:

  • Provoca una muerte prematura (tanto por exposición a corto como a largo plazo);
  • Provoca daños cardiovasculares (por ejemplo, infartos de miocardio, accidentes cerebrovasculares, enfermedades cardíacas, insuficiencia cardíaca congestiva);
  • Es probable que cause daños respiratorios (por ejemplo, empeoramiento del asma, empeoramiento de la EPOC, inflamación);
  • Puede causar cáncer; y
  • Puede causar daños al desarrollo y a la reproducción.

La EPA elegirá una norma sanitaria nacional actualizada entre una serie de opciones posibles. En abril de 2011, los científicos de la EPA hicieron una serie de recomendaciones a la administradora Lisa Jackson. Estas recomendaciones se basaron en una revisión de la investigación actual sobre los efectos en la salud de las PM2,5, llevada a cabo por el Centro Nacional de Evaluación Ambiental de la EPA y examinada por el Comité Asesor Científico del Aire Limpio (CASAC), un organismo independiente que ofrece asesoramiento técnico a la EPA sobre las normas de calidad del aire ambiente. Health Benefits of Alternative PM2.5 Standards, un nuevo análisis preparado para la American Lung Association, Clean Air Task Force y Earthjustice, examina estas y otras opciones y calcula el potencial de ahorro de vidas y costes de cada escenario de reducción de la contaminación por hollín.

Basándose en el análisis, las opciones que se están considerando actualmente en la EPA no son lo suficientemente fuertes como para proteger la salud pública con un margen de seguridad adecuado. Estas organizaciones recomiendan que la EPA adopte una norma sanitaria en el extremo más fuerte de la gama de opciones consideradas por el análisis: una norma anual de 11 microgramos por metro cúbico (μg/m3) y una norma diaria de 25 μg/m3.

El cumplimiento de esta norma podría evitar hasta 35.700 muertes prematuras al año, además de reducir considerablemente los daños a las personas con enfermedades cardíacas y respiratorias. En general, el país podría beneficiarse de hasta 281.000 millones de dólares al año por la reducción de los costes asociados a las muertes y enfermedades prematuras.

La Ley de Aire Limpio exige a la EPA que siga la ciencia y proteja la salud pública. Para cumplir con la ley, debe adoptar la norma sanitaria de PM2,5 recomendada por este informe.