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Dar prioridad a la innovación energética: Recomendaciones para reorientar, reformar y reestructurar el Departamento de Energía Estados Unidos

1 de abril de 2013 Categoría: Electricidad

Está ampliamente aceptado que el liderazgo científico, técnico y económico mundial de Estados Unidos depende de una educación de alta calidad, una investigación científica de primer orden, unos mercados competitivos y el espíritu empresarial. La innovación robusta, que depende de esos factores (entre otros), se considera casi universalmente como un requisito previo para el éxito estadounidense en un mercado global cada vez más competitivo.

Los grandes laboratorios corporativos de I+D de los años 50 y 60, dirigidos por empresas como AT&T, Westinghouse, IBM, Exxon y General Electric, han disminuido en alcance y ambición a medida que sus organizaciones matrices se orientaban hacia la maximización del valor para los accionistas a corto plazo, restando importancia a la I+D a largo plazo. Hoy en día, no hay ningún laboratorio del sector privado comparable a los antiguos Bell Labs, que ganaron siete premios Nobel, inventaron el transistor y el láser, y demostraron por primera vez una célula solar fotovoltaica práctica. Es importante destacar que los Bell Labs eran conocidos tanto por sus actividades de investigación básica como por las de investigación aplicada y desarrollo de productos comerciales.

Mientras tanto, los mercados de capital riesgo que ayudaron a impulsar las transformaciones de las industrias de las telecomunicaciones y la tecnología de la información sólo han tenido efectos marginales en la innovación de los sistemas energéticos nacionales y mundiales, a pesar de algunos esfuerzos muy destacados. Esto no es sorprendente, ya que las inversiones de capital riesgo tienden a implicar numerosos y pequeños tramos de financiación de la inversión realizados durante un período de tiempo limitado. Las inversiones en energía a gran escala suelen requerir grandes inversiones "a granel" realizadas durante mucho tiempo.

Con la salida del sector privado de muchos aspectos de la investigación energética básica y aplicada, muchos han mirado a los laboratorios nacionales del Departamento de Energía para llenar el vacío. Mientras los responsables políticos debaten el papel adecuado del gobierno en apoyo de la innovación, a menudo surgen preguntas sobre las capacidades básicas del Departamento de Energía (DOE) y sus laboratorios. Este documento explora el papel y la estructura del DOE y la oportunidad de remodelar fundamentalmente el departamento de manera que pueda mejorar significativamente su eficacia.