Transformación de la contabilidad de los gases de efecto invernadero: los informes de CATF piden la revisión de la Norma Corporativa y la Guía de Alcance 2 del GHG Protocol.
Nuevos informes de Clean Air Task Force reclaman actualizaciones críticas de la Norma Corporativa y la Guía de Alcance 2 del Protocolo de Gases de Efecto Invernadero (GEI). La serie "Modernizing Greenhouse Gas Accounting Rules and Climate Leadership Programs" (Modernización de las normas de contabilidad de gases de efecto invernadero y los programas de liderazgo climático) explora cómo las normas de contabilidad de GEI pueden permitir a las empresas informar con mayor precisión sobre las emisiones de los suministros adquiridos que sirven a su consumo de electricidad e informar mejor sobre el impacto de sus acciones en las emisiones en el mundo real.
"Aunque el Protocolo de Invernadero ha sido decisivo para guiar a las empresas hacia el progreso climático, las normas de contabilidad actuales no alcanzan el objetivo de emisiones netas cero a escala mundial", ha declarado Armond Cohen, Director Ejecutivo de Clean Air Task Force. "Para cumplir nuestros objetivos de descarbonización, necesitamos una serie de tecnologías de energía limpia para limpiar la red eléctrica y electrificar otros sectores en la medida de lo posible. Aquí, en Estados Unidos, necesitamos duplicar la generación eléctrica, triplicar la capacidad eléctrica y duplicar la red de transporte en comparación con los niveles actuales. Esto exigirá un notable nivel de inversión y desarrollo, muy superior al que hemos visto en los últimos 30 años."
El Protocolo de GEI es la norma contable más consolidada y utilizada del mundo para que empresas, ciudades y países midan, gestionen y notifiquen las emisiones de GEI. Miles de empresas han adoptado sus directrices en la última década, sobre todo para informar de las emisiones relacionadas con el uso de la electricidad. Según la serie de informes, el actual método basado en el mercado de alcance 2 se enfrenta a tres limitaciones significativas:
- No mide con precisión las emisiones asociadas al uso de la electricidad.
- No reconoce el valor de la electricidad firme libre de carbono (EFC) ni de los recursos flexibles de equilibrio, como el almacenamiento.
- No estima ni prioriza las acciones que realmente reducen las emisiones.
"Tenemos que seguir de cerca nuestros progresos para garantizar que la energía limpia esté disponible de forma fiable y asequible en todas las redes, hora a hora", ha declarado Neil Fisher, socio de The NorthBridge Group. "También tenemos que fomentar una combinación equilibrada de recursos libres de carbono existentes y nuevos para sustituir a los combustibles fósiles y estabilizar nuestra red, y es crucial dar prioridad a las acciones que tengan el mayor impacto climático". El reexamen del Protocolo de GEI presenta una oportunidad para facultar a las empresas a informar sobre su progreso climático utilizando información más completa, transparente y precisa."
"Resolver estas cuestiones contables podría desencadenar una rápida aceleración del despliegue de las tecnologías más necesarias para descarbonizar nuestro sistema energético", ha declarado Toby Ferenczi, cofundador de Granular Energy. "El año pasado se gastaron más de 10.000 millones de dólares en certificados de atributo de energía limpia (CAE), una cifra que aumentará hasta los 100.000 millones de dólares en 2030. Al garantizar que el valor de la energía limpia refleje mejor la oferta y la demanda del mundo real, esta financiación se destinará a tecnologías que suministren energía limpia cuando más se necesite, incluido el almacenamiento de energía."
Con las actualizaciones del Protocolo de Gases de Efecto Invernadero en curso, los informes reclaman las siguientes mejoras en la contabilidad de los GEI:
- Los inventarios de Alcance 2 basados en el mercado (MBI) deben reflejar con exactitud el suministro adquirido entregable en el lugar y el momento del consumo del cliente.
- Los clientes deben poder contabilizar equitativamente todos los certificados de atributo energético (CAE) adquiridos y retirados, ya sea directamente o a través de su entidad suministradora.
- Las EAC deben justificar las solicitudes de uso de CFE, con derechos de propiedad asignados equitativamente a los clientes sin doble contabilidad, doble pago o desplazamiento de costes.
- Las compras obligatorias de CFE no deben reducir los IMC de los clientes que no hayan comprado CFE. En ausencia de compras de EAC, deben aplicarse factores de emisión fósiles basados en la mejor información disponible.
La aplicación de estas mejoras permitiría a las empresas notificar con mayor precisión las emisiones del suministro adquirido que abastece su consumo de electricidad y estimularía la demanda para acelerar el crecimiento de todas las EFC necesarias para descarbonizar completamente las redes eléctricas de forma fiable y asequible.
Además de un MBI mejorado, los informes piden que se añada información nueva y separada para estimar y priorizar los impactos de las emisiones en el mundo real. Estas mejoras en las medidas de atribución y consecuencia pueden aumentar la precisión y la relevancia climática de la contabilidad y la divulgación de los GEI, al tiempo que permiten a los clientes de energía disponer de una gama de opciones para impulsar el impacto y acelerar la descarbonización de la red. Las nuevas medidas contables también podrían utilizarse para evaluar todas las formas de adquisición de electricidad, distinguir los enfoques de adquisición de mayor impacto de los de menor impacto y permitir que se reconozcan las estrategias más beneficiosas.
El año pasado, CATF presentó una carta conjunta en la que pedía actualizaciones críticas de las directrices del GHG Protocol Scope 2 para la compra de electricidad por parte de las empresas. Mientras organismos reguladores como la Comisión del Mercado de Valores Estados Unidos y la Comisión Europea siguen examinando las normas de divulgación de información climática de las empresas, las ideas de CATFofrecen una hoja de ruta para recalibrar la responsabilidad y la transparencia en la acción climática de las empresas.
Lea los informes aquí, en nuestro sitio web.
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Acerca de Clean Air Task Force
Clean Air Task Force (CATF) es una organización mundial sin ánimo de lucro que trabaja para protegerse de los peores efectos del cambio climático catalizando el rápido desarrollo y despliegue de energías bajas en carbono y otras tecnologías de protección del clima. Con más de 25 años de experiencia reconocida internacionalmente en política climática y un firme compromiso con la exploración de todas las soluciones posibles, CATF es un grupo de defensa pragmático y no ideológico con las ideas audaces necesarias para abordar el cambio climático. CATF tiene oficinas en Boston, Washington D.C. y Bruselas, y cuenta con personal que trabaja virtualmente en todo el mundo. Visite catf.us y siga @cleanaircatf.