
Los líderes del G7 se centran en las opciones climáticas y la seguridad energética
Tras días de intensas reuniones en Turín (Italia), el 30 de abril los ministros del G7 publicaron el comunicado de su reunión sobre Clima, Energía y Medio Ambiente. El Gobierno italiano presentó una visión y un plan ambiciosos para el G7 de este año en el ámbito de la energía y el clima. El impulso del G7 reflejó el de la COP28, centrándose en una serie de soluciones climáticas y en su escalabilidad y capacidad para contribuir a la seguridad energética y económica, definiendo con mayor precisión el papel de los gobiernos, el sector privado y las instituciones financieras en la transición energética, junto con un importante énfasis en permitir el acceso a la energía y la descarbonización en los países en desarrollo.
En primer lugar, una atención renovada a la opcionalidad tecnológica y a una cartera holística de soluciones hizo hincapié en tecnologías avanzadas de energía limpia como la fisión nuclear, la energía de fusión y la captura y almacenamiento de carbono. Dado que la seguridad energética es uno de los principales problemas de los mayores importadores de energía del mundo, la energía nuclear ha experimentado un renacimiento en Europa en los últimos 18 meses, y el coro para avanzar hacia una combinación de energías renovables y nuclear no deja de crecer. La reunión del G7 mantuvo este impulso, con las partes interesadas insistiendo en la necesidad de energía abundante y barata y de mantener bajo el coste del sistema en la transición eléctrica.
Tomando nota del papel que desempeña la energía nuclear como fuente energética firme y sin emisiones, el G7 se comprometió a apoyar a los países que deseen optar por ella, a reforzar la independencia de las cadenas de suministro y destacó el papel de los reactores modulares avanzados y pequeños.
Además, el G7 creará un grupo de trabajo sobre energía de fusión y fomentará la colaboración internacional, la coherencia de la normativa y la financiación privada de proyectos de energía de fusión. Como se señala en el comunicado, "se buscará un enfoque coordinado de la normativa y su aplicación entre los países avanzados en fusión mediante colaboraciones internacionales entre gobiernos, incluidos los reguladores de todas las plantas de fusión, teniendo en cuenta el nivel de madurez de los distintos diseños y fases de desarrollo."
Tras el apoyo sin precedentes a las políticas de gestión del carbono por parte de los miembros del G7, en el comunicado oficial, el G7 reconoció que las tecnologías de gestión del carbono, sobre todo en los sectores difíciles de reducir, son un componente esencial de la transición a emisiones netas cero y deben desplegarse a mayor velocidad y escala. En particular, el Grupo hizo un llamamiento para adoptar las medidas políticas necesarias para impulsar los materiales de emisiones bajas y casi nulas. También se han comprometido a impulsar proyectos para aumentar significativamente la gestión del carbono, teniendo en cuenta el escenario de emisiones netas cero para 2050 de la Agencia Internacional de la Energía, al tiempo que se esfuerzan por aplicar las mejores prácticas en los proyectos de captura, utilización y almacenamiento de carbono (CCUS) para capturar la gran mayoría de las emisiones.
En segundo lugar, la seguridad energética y económica constituyó el núcleo de los debates, en los que se hizo especial hincapié en la necesidad de un apoyo gubernamental eficiente para el despliegue y la liberación de capital privado asequible en el periodo previo a la COP29 de financiación en Azerbaiyán. De hecho, las partes interesadas hicieron hincapié en que las promesas deben convertirse en planes que den lugar al despliegue tecnológico. Los participantes del sector privado señalaron la necesidad de una formulación de políticas que integre de forma coherente la innovación y el aprendizaje y que, al mismo tiempo, cree certidumbre, reforzando así la planificación a largo plazo para permitir un reparto eficiente del riesgo y la inversión. Aunque los líderes reconocieron que se necesitan billones de dólares para la acción climática, se echaron en falta acciones concretas para conseguir financiación para el clima.
En tercer lugar, dado que uno de los principales temas de la cumbre fue la reformulación de la relación entre países desarrollados y en desarrollo, los participantes propusieron ideas políticas sobre cómo garantizar una mayor inversión en los países en desarrollo, incluido el acceso a la energía. Se reconoció ampliamente que, si bien las economías avanzadas deben cooperar en la aplicación de la tecnología, es crucial permitir paralelamente un acceso equitativo a la tecnología a escala mundial. La investigación muestra que sólo el 10% de los trabajos analizados consideraron el desarrollo como un resultado de interés en la investigación sobre transiciones energéticas, mientras que la mayoría de los análisis priorizaron los objetivos climáticos y se centraron en determinar la combinación energética (90% de los trabajos) y las vías de emisión (60% de los trabajos) necesarias para alcanzar estos objetivos. Por lo tanto, es necesario hacer más para permitir el acceso a la energía como elemento básico para la acción por el clima.