¿Se pasan por alto las necesidades de África en la investigación sobre transiciones energéticas?
Los países africanos se enfrentan al doble reto de construir una prosperidad de base amplia para sus ciudadanos y, al mismo tiempo, responder al imperativo mundial de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Aunque el cambio climático y los objetivos de desarrollo se debaten cada vez más conjuntamente en algunos círculos políticos, la investigación académica suele considerarlos por separado. A medida que se hacen más evidentes las interconexiones entre energía, desarrollo y clima, es importante garantizar que la investigación que sirve de base a las conversaciones políticas refleje estas interconexiones.
En un estudio reciente, hemos llevado a cabo una revisión sistemática de 156 publicaciones sobre transiciones energéticas revisadas por expertos y publicadas entre 2000 y 2021 para comprender mejor la dinámica que está dando forma actualmente a los diálogos sobre transiciones energéticas en África. Estas son las seis principales conclusiones que hemos extraído:
1. La investigación sobre transiciones energéticas en África es un espacio de conocimiento nuevo pero en rápido crecimiento
El corpus de conocimientos sobre la investigación de las transiciones energéticas en África está creciendo rápidamente, pero se trata en gran medida de un fenómeno nuevo. Más del 90% de la investigación en este ámbito se publicó después del Acuerdo de París de 2015, y el 60% se publicó entre 2018 y 2021 (véase la Figura 1).Esto sugiere que los países africanos podrían haber entrado en el Acuerdo con una base de conocimientos limitada para fundamentar su posición y los primeros compromisos de contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC). Sin embargo, el crecimiento constante y pronunciado del número de artículos publicados sobre África desde el Acuerdo de París puede contribuir a que se tomen decisiones de política climática y energética y se revisen las NDC con mayor conocimiento de causa.
2. La investigación sobre transiciones energéticas en África se centra actualmente en un subconjunto limitado de países
En cuanto a la cobertura espacial, más de un tercio de los estudios se centran en Nigeria y Sudáfrica, las dos mayores economías del continente (véanse los gráficos 2a-2b). Casi la mitad de los países africanos no están cubiertos por las investigaciones actuales. Dadas las diferencias contextuales entre los países africanos, esta laguna de conocimientos específica de cada país podría limitar la eficacia de las recomendaciones políticas cuando se aplican de forma generalizada a todos los países africanos.
3. La transición energética es un fenómeno complejo pero tiende a simplificarse en exceso
La mayoría de los trabajos de investigación sobre la transición energética exploran escenarios utilizando horizontes temporales vinculados a objetivos globales comunes(2030 y 2050). Menos del 10% de los trabajos analizados presentaban escenarios más allá de 2050. Para África, los escenarios más allá de 2050 son importantes. La Agenda 2063 de la Unión Africana, que se considera el plan de desarrollo del continente, está estrechamente vinculada a la evolución de los sistemas energéticos del continente.
En segundo lugar, la mayoría de los documentos que revisamos contemplaban muy pocos escenarios en los modelos. La mitad de los artículos contemplaban menos de tres escenarios, y más del 90% de los artículos contemplaban un máximo de seis escenarios. Teniendo en cuenta la complejidad y la multidimensionalidad de la cuestión que nos ocupa, cabría esperar un número mucho mayor de escenarios, que reflejaran las incertidumbres y las opciones normativas que entran en juego en la toma de decisiones en el nexo entre desarrollo económico, transiciones energéticas y reducción de emisiones.
4. El desarrollo económico no es un elemento central de la investigación actual
De los documentos analizados, sólo el 10% consideraba el desarrollo como un resultado de interés en la investigación sobre transiciones energéticas. La mayoría de los análisis dieron prioridad a los objetivos climáticos y se centraron en determinar la combinación energética (90% de los trabajos) y las vías de emisión (60% de los trabajos) necesarias para alcanzar dichos objetivos.
En los documentos que consideraban el desarrollo como un resultado, las proyecciones de consumo eléctrico y crecimiento económico eran modestas. La mayor proyección de consumo de electricidad per cápita para el África Subsahariana (ASS) en 2050 fue de 1.500 kWh, lo que supone aproximadamente la mitad de la media mundial en 2017 y es muy inferior a los niveles de consumo de la OCDE y Estados Unidos (7.992 kWh y 12.573 kWh, respectivamente) en 2017. Estos objetivos de consumo parecen estar impulsados por el desarrollo económico y la demanda de electricidad históricamente bajos de África y la suposición de que estos podrían no cambiar mucho de cara al futuro.
5. Se considera un conjunto exclusivo de vías tecnológicas
La energía solar, la eólica y la hidráulica son, con diferencia, las tecnologías que más se tienen en cuenta en el análisis de la transición energética en África (véase la Figura 3). A pesar del reconocimiento mundial (AIE, IPCCe IRENA) que la captura de carbono, el hidrógeno y la energía nuclear desempeñarán un papel clave en la consecución de las emisiones globales netas cero, éstas se encuentran entre las tecnologías menos estudiadas en los documentos que hemos evaluado.Prestaruna atención limitada a esas tecnologías energéticas críticas puede impedir la comprensión de toda la gama de tecnologías que los países africanos tendrán que emplear para cumplir sus objetivos de transición energética.
6. La investigación sobre transiciones energéticas en África está dominada por investigadores establecidos fuera del continente
También hemos constatado que la investigación sobre transiciones energéticas en África está dominada por investigadores radicados fuera del continente (63%). El 25% de los trabajos son de investigadores del continente. También evaluamos la posible influencia política de la bibliografía y descubrimos que los informes del IPCC citan de forma desproporcionada (75%) trabajos elaborados por investigadores de fuera de África (véase la Figura 4). El hecho de que los investigadores afincados en África sean menos citados y menos conocidos en los círculos políticos y científicos internacionales puede explicar por qué sus contribuciones intelectuales están infrarrepresentadas en los informes políticos internacionales. En cuanto a la colaboración en la generación de conocimientos entre el Norte y el Sur, sólo el 12% de los artículos incluían este tipo de colaboración.
El camino a seguir
Nuestro estudio revela interesantes dinámicas que están configurando la investigación y la política sobre transiciones energéticas en África. Subsanar las lagunas que hemos identificado será fundamental para remodelar el panorama intelectual y político de la transición energética en África. Tanto los gobiernos africanos como la comunidad internacional de desarrollo tienen un papel que desempeñar. Apoyar una investigación fundamentada y localizada y vincularla a decisiones políticas clave garantizará que todas las complejas piezas de la transición energética de África se tengan bien en cuenta en las estrategias climáticas mundiales, regionales y nacionales.
Publicado originalmente el 7 de junio de 2023 en African Arguments.