Un compromiso con un plan: Cómo el Reto de la Gestión del Carbono puede acelerar la acción por el clima
Dado que los efectos del cambio climático son cada vez más evidentes, la necesidad de reducir más rápidamente las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero es más urgente que nunca. Eso significa, entre otras cosas, acelerar rápidamente el despliegue de tecnologías de gestión del carbono, como la captura y el almacenamiento de carbono, de acuerdo con casi todos los escenarios climáticos establecidos por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC).
La reciente actualización de la senda de Cero Neto de la AIE afirma que necesitaremos "1 Gt de CCUS y CDRen 2030 para limitar el calentamiento a 1,5°C, si queremos alcanzar 6,2 Gt de CCUS y CDR basada en CAC en 2050". Sin embargo, las estimaciones actuales indican que sólo se capturan y almacenan 40 MtCO2 al año. Es necesario que los líderes mundiales del clima realicen grandes esfuerzos para acelerar la captura, el uso, la eliminación y el almacenamiento de carbono, lo que se conoce como gestión del carbono.
Anunciado en el Foro de las Principales Economías celebrado en abril, el Reto de Gestión del Carbono pretende acelerar la ampliación de la captura, utilización y almacenamiento de carbono y la eliminación del dióxido de carbono como complementos necesarios para el despliegue agresivo de otras tecnologías de carbono cero y la eficiencia energética. El CMC está copatrocinado por Canadá, el Reino Unido y los Estados Unidos de América. Entre los gobiernos que participan en la CMC figuran Australia, Brasil, Dinamarca, Egipto, la Comisión Europea, Japón, Noruega, Suecia, el Reino de Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos.
Con el Reto de Gestión del Carbono, los líderes mundiales tendrán una oportunidad clave para acelerar el despliegue de las tecnologías de captura, eliminación, uso y almacenamiento de carbono. He aquí 5 cosas que pueden hacer para aprovechar esa oportunidad:
1. Establecer un objetivo claro para el despliegue de la gestión global del carbono, en línea con las trayectorias de emisiones netas cero.
Establecer un objetivo claro para el despliegue de energías limpias es crucial para catalizar la acción colectiva. El impulso ha ido creciendo. En septiembre, los líderes del G20 se comprometieron en la Declaración de Nueva Delhi a triplicar la capacidad de las energías renovables y a demostrar una ambición similar con respecto a otras tecnologías de cero o bajas emisiones, incluidas las tecnologías de reducción y eliminación.
Aunque la gestión del carbono está ganando protagonismo en las estrategias climáticas de muchas economías desarrolladas, el alcance y la forma en que desempeña este papel son heterogéneos. Algunos gobiernos, como el del Reino Unido, se han comprometido a capturar y almacenar entre 20 y 30 MtCO2 de aquí a 2030, mientras que la Comisión Europea ha propuesto como objetivo alcanzar una capacidad de almacenamiento de CO2 de 50 MtCO2 de aquí a 2030. Se espera que la Comisión anuncie objetivos adicionales en su Estrategia de Gestión del Carbono Industrial a finales de este año. Sin embargo, la mayoría de los países no tienen objetivos de despliegue y muchos están por debajo de lo necesario para evitar los peores efectos del cambio climático.
Un objetivo colectivo para desplegar la gestión del carbono a la escala necesaria para hacer frente al desafío climático significaría un objetivo de despliegue de al menos 1 Gt de capacidad para 2030, lo que se alinearía con la Trayectoria hacia el Cero Neto de la AIE para 2050.
2. Crear las condiciones para desplegar tecnologías de gestión del carbono
No basta con fijar un objetivo. Los líderes mundiales deben mostrar cómo piensan cumplirlo. Para garantizar un despliegue eficaz, los países deben elaborar estrategias para la gestión del carbono en sus respectivos países o regiones que incluyan información como el estado y la escala de los proyectos de gestión del carbono, las políticas y normativas de apoyo y los obstáculos identificados. También deben destacar los incentivos, normativas y recursos que proporcionarán para ampliar los centros de infraestructuras de transporte y almacenamiento de CO2, medición, seguimiento, notificación y verificación.
Para garantizar el éxito de la aceleración de la gestión del carbono, necesitamos mecanismos globales de rendición de cuentas. Estos mecanismos podrían incluir planes para desarrollar y aplicar estrategias nacionales u hojas de ruta para la gestión del carbono, como la incorporación de objetivos en los planes climáticos nacionales, los Planes Energéticos Nacionales sobre el Clima (NECP), las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC) y otros objetivos de descarbonización pertinentes declarados públicamente, así como objetivos para el porcentaje de emisiones totales deCO2 almacenadas permanentemente para 2030.
3. Garantizar la rendición de cuentas y acelerar la ejecución de los proyectos
Aunque tenemos que desplegar las tecnologías de gestión del carbono y las infraestructuras necesarias en todo el mundo para hacer frente al desafío climático, algunos países tienen que actuar primero, convirtiéndose en "pioneros". El intercambio de conocimientos entre estos países participantes y sus proyectos podría resultar muy valioso, sobre todo para los países que aún no han puesto en marcha proyectos operativos. Además, dada la diversidad de condiciones geológicas y económicas de los países participantes, acelerar la gestión del carbono significará poner en funcionamiento infraestructuras que permitan capturar, transportar y almacenar CO2 a través de las fronteras. Será necesaria la colaboración entre los participantes para eliminar las posibles barreras legales o económicas y garantizar el rápido despliegue de la infraestructura de CO2, que será esencial para asegurar el éxito del Reto de la Gestión del Carbono.
Por último, será imprescindible una estrecha coordinación para garantizar el desarrollo de infraestructuras de transporte y almacenamiento de CO2. Al igual que las emisiones de CO2, el espacio de almacenamiento geológico no está limitado por fronteras internacionales. Garantizar la suficiente transparencia, concienciación y coordinación en el desarrollo de proyectos de almacenamiento de CO2 será imperativo para asegurar el uso eficiente del espacio poroso y la puesta en funcionamiento de la capacidad de inyección de CO2 a escala de gigatoneladas, a escala mundial, en las próximas décadas. Por lo tanto, la coordinación de los proyectos de transporte y almacenamiento de CO2 debería realizarse a escala regional para garantizar que la gestión del carbono pueda contribuir eficazmente a nuestros objetivos climáticos.
4. Establecer una secretaría mundial para la gestión del carbono
Para aplicar eficazmente el Reto de Gestión del Carbono y cumplir los compromisos adquiridos por sus participantes, es vital establecer una secretaría o un organismo supervisor responsable de gestionar su aplicación. Esta secretaría podría estar dirigida por un gobierno participante o un colectivo de participantes, con un liderazgo rotatorio anual. Otra posibilidad es que una organización internacional o un grupo de organizaciones asuman esta función.
Las principales responsabilidades de la secretaría deben ser apoyar el rápido desarrollo de estrategias de gestión del carbono en los Estados que las necesiten, tal y como se indica en la sección dos, y proporcionar intercambio de conocimientos y orientación a los Estados que hayan avanzado más en el despliegue de iniciativas de gestión del carbono.
5. Apoyar los esfuerzos de gestión del carbono en el Sur Global
Aunque grandes economías como Estados Unidos, China y Europa lideran el despliegue de la gestión del carbono, es crucial que los países en desarrollo tengan acceso a estas tecnologías a medida que crecen sus economías. Las naciones desarrolladas tienen que ampliar rápida y significativamente la gestión del carbono para lograr reducciones de costes, haciendo que la captura de carbono sea más accesible y asequible para los países del Sur Global.
Los países deben esforzarse claramente por implicar a los países del Sur Global, incluso si aún no han empezado a desplegar tecnologías de gestión del carbono o a comprometerse con objetivos a corto plazo.
Hay varias medidas que podrían resultar especialmente valiosas para estos países, como la creación de centros de excelencia en la gestión del carbono que se centren en las salvaguardias y los retos regionales específicos, el intercambio de buenas prácticas e información sobre el despliegue de la gestión del carbono, la prestación de asistencia técnica y administrativa, y la vinculación del intercambio de datos a los fondos públicos. Además, permitir el desarrollo y la financiación de proyectos en el Sur Global a través de mecanismos de financiación específicos y bancos multilaterales de desarrollo como el Fondo Verde para el Clima y el Banco Mundial. Este apoyo contribuirá a un mayor despliegue de las tecnologías de gestión del carbono en los países en desarrollo.
El reto de la gestión del carbono: Una oportunidad para convertir los compromisos en planes
Con el Reto de la Gestión del Carbono, los líderes mundiales tienen una gran oportunidad de enviar una señal clara al mundo de que la gestión del carbono es un requisito para la acción climática y que los esfuerzos para acelerar su despliegue deben intensificarse junto con otras tecnologías clave necesarias para alcanzar las emisiones netas cero a nivel mundial . El Reto de la Gestión del Carbono ofrece la oportunidad no sólo de demostrar ambición y apoyo simbólico a la gestión del carbono, sino también de establecer un rumbo claro para su desarrollo y aplicación en el mundo real.