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Declaración de ExxonMobil sobre las normas de metano propuestas: Una mirada más cercana

3 de enero de 2019 Área de trabajo: Metano

"Exxon insta a la EPA a mantener las normas sobre el metano", proclamaba el Houston Chronicle el 20 de diciembre. Reuters fue aún más festivo: "Exxon Mobilse opone a debilitar las normas de emisiones de la era Obama: carta a la EPA". A juzgar por estos titulares y otros artículos de prensa sobre los comentarios de ExxonMobil presentados en respuesta a la propuesta de la Administración de debilitar drásticamente las normas de nuevas fuentes de la era Obama para las emisiones de metano de la industria del petróleo y el gas, se podría pensar que ExxonMobil finalmente se dio cuenta de que esas normas tienen sentido. Y que la industria del petróleo y el gas necesita una normativa sólida para frenar las emisiones de metano de sus infraestructuras para proteger la salud pública y mitigar el cambio climático.

Desgraciadamente, una mirada más atenta no apoya esa interpretación.

En su carta del 17 de diciembre a la EPA, que esos titulares promocionan, ExxonMobil expresa su apoyo a las normas federales sobre el metano. Pero a pesar de lo que dicen los titulares, la empresa no llega a respaldar las normas de metano de la EPA de la era Obama. En su carta, ExxonMobil sólo dice que apoya "elementos clave" de las normas de 2016, y sólo en la medida en que son "rentables" a los ojos de la corporación.

Pero su idea de "rentable" es muy diferente a la que la EPA estableció en las normas de metano de la era Obama, como demuestra el apoyo de ExxonMobil a los comentarios del Instituto Americano del Petróleo (API). Lejos de oponerse a la propuesta de debilitar las normas de metano de la era Obama, los comentarios del API apoyan la medida de la Administración Trump. Tanto ExxonMobil como API están a favor del debilitamiento significativo de los requisitos de detección y reparación de fugas (LDAR), reduciendo la frecuencia de las inspecciones de semestral en los pozos y trimestral en los compresores, a anual en ambos. El resultado será el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero y de otros contaminantes que afectan a la salud pública.

Una cosa es que una gran empresa energética se oponga a importantes normativas sobre contaminación y sufra las consecuencias para su reputación. Pero es lamentable que la prensa convierta erróneamente esa oposición en "apoyo", permitiendo a la industria tenerlo todo.

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