La necesidad de un análisis profundo de la incertidumbre en la política y la planificación energéticas
La transición a un sistema energético descarbonizado para cumplir los objetivos climáticos requiere una enorme voluntad política y miles de millones de dólares en inversiones para la transformación tecnológica y el despliegue de infraestructuras. Estas políticas e inversiones para descarbonizar nuestro sistema energético deben realizarse hoy a pesar de las muchas incógnitas sobre cómo se desarrollará el futuro. Fundamentalmente, lo que diferencia las decisiones en torno a la transición energética de muchos otros contextos políticos inciertos es que no sólo no estamos seguros sobre el futuro, sino que no tenemos ninguna información sobre las probabilidades de los posibles resultados. De hecho, ni siquiera conocemos el abanico completo de resultados posibles. Este concepto de tomar decisiones con este grado de incógnitas sobre el alcance de los estados futuros se denomina toma de decisiones bajo incertidumbre profunda (DMDU). Las políticas y la toma de decisiones encaminadas a descarbonizar el sistema energético se enfrentan al reto del nivel más alto de DMDU ("nivel 5", Figura 1).
La DMDU en la transición energética debe reconocerse y abordarse adecuadamente para maximizar la probabilidad de éxito de las políticas e inversiones energéticas que tienen una sólida gama de resultados futuros y son adaptables a medida que avanza la transición. Especialmente desafiantes son los hechos de que:
- Las incertidumbres son irreductibles. No pueden minimizarse de forma significativa con investigaciones o conocimientos adicionales.
- Hay una gran variedad de partes interesadas, a menudo con diferentes perspectivas sobre lo que constituye el sistema, qué problemas hay que resolver y qué prioridades y valores deben aplicarse a un contexto de toma de decisiones.
- Las decisiones de inversión suelen tener consecuencias a largo plazo, y las decisiones equivocadas son especialmente costosas y perjudiciales para nuestra capacidad de cumplir los objetivos climáticos a corto plazo.
- Las decisiones deben tomarse bajo presión de tiempo debido a la urgencia de mitigar las emisiones para evitar los peores impactos del cambio climático.
- La transición energética es un problema que debemos resolver en el nexo de múltiples sistemas complejos. La trayectoria de la transición vendrá determinada por complejas interacciones e interdependencias entre las condiciones económicas, tecnológicas, políticas y medioambientales.
La modelización de los sistemas energéticos es una herramienta importante que orienta a los responsables políticos sobre las posibles vías futuras para fundamentar las políticas y la toma de decisiones. El problema es que muchos enfoques de la modelización energética simplifican en exceso la incertidumbre, lo que da lugar a un exceso de confianza en la solidez de las decisiones políticas que apoyan. Las técnicas estándar, como la optimización de costes, presuponen un grado de incertidumbre conocible y una única medida de "bondad" acordada. En este caso, se hacen suposiciones deterministas sobre todos los parámetros del sistema (como el coste nivelado de la energía, las trayectorias de la demanda, la adopción del VE, etc.) y el valor prioritario supuesto es el coste total del sistema. Es lo que se denomina unenfoque de "predecir y luego actuar", en el que se asumen condiciones futuras, se proyectan decisiones ideales a corto plazo y se utilizan escenarios para evaluar una serie de condiciones (Figura 2). Aunque se trata de una herramienta útil para ayudar a tomar decisiones en contextos de incertidumbre más sencillos, este planteamiento se viene abajo en condiciones de gran incertidumbre.
Para comprender mejor el desajuste entre los métodos de "predecir y luego actuar" y el ámbito de la política de transición energética, podemos considerar la Figura 3, que es una representación de la gama de niveles de incertidumbre caracterizados, emparejada con una gama creciente de complejidad de valores de las partes interesadas en el eje y. Los modelos tradicionales de transición energética descritos anteriormente suelen ser modelos de optimización de un solo objetivo (por ejemplo, minimización de costes). Los modelos más avanzados contemplan la optimización multiobjetivo que puede intentar equilibrar consideraciones adicionales, como el uso del suelo o las emisiones acumulativas. Sin embargo, incluso los modelos de optimización multiobjetivo no consiguen captar la realidad del valor de la diversidad en la planificación de la transición energética. Además, los supuestos de entrada deterministas del modelo asumen un nivel de conocimiento de cómo progresarán las tecnologías y la economía. En la figura 3, estas dos caracterizaciones de este enfoque analítico (contabilidad de valores limitados e incertidumbre mínima) se sitúan dentro del rectángulo rojo. En cambio, el rectángulo verde de la figura 3 representa la verdadera naturaleza del problema de la transición energética. La política de descarbonización es inherentemente muy incierta y se compone de amplios y diversos criterios de valores (es decir, coste, demanda energética, etc.). Sin embargo, los enfoques analíticos empleados habitualmente para fundamentar las decisiones políticas y de inversión -representados por el rectángulo rojo- no responden a la compleja naturaleza de este ámbito. Al basarse en enfoques analíticos que no satisfacen las necesidades de las cuestiones políticas del rectángulo verde, nuestra planificación de la descarbonización energética es vulnerable a las condiciones futuras en lugar de ser sólida y adaptable a lo largo del tiempo.
Existen métodos cuantitativos que respaldan los tipos de decisiones que entran dentro del rectángulo verde. Incorporar estos métodos de DMDU al análisis energético es fundamental para representar adecuadamente la complejidad y el desconocimiento inherente a nuestra trayectoria de descarbonización. Sin embargo, el proceso de análisis DMDU es a menudo complejo, especializado y limitado a un grupo selecto de expertos, lo que puede aislar la importante información obtenida por dicho análisis dentro de un ámbito teórico, dejando a los responsables políticos en la oscuridad e imbuyendo un sentido de exceso de confianza en sus posiciones políticas. A pesar de los avances en la literatura sobre nuevos métodos y aplicaciones del DMDU a este campo, la mayoría de las decisiones políticas siguen basándose en modelos deterministas que se ejecutan en un conjunto limitado de escenarios. Tenemos que cambiar este paradigma de análisis energético y esforzarnos por identificar medios transparentes, impactantes y oportunos de infundir una profunda incertidumbre relevante para la toma de decisiones en el ámbito político.
El programa de Análisis de Sistemas Energéticos de Clean Air Task Force organizó una mesa redonda en la reunión anual 2023 de la Society for Decision Making Under Deep Uncertainty, celebrada en Delft, centrada precisamente en este tema: cómo trasladar los enfoques académicos del DMDU a contextos de toma de decisiones aplicadas a la política energética. La mesa redonda reunió a expertos en la intersección del análisis técnico y la política para debatir los retos y obstáculos de trasladar la incertidumbre a la toma de decisiones políticas y cómo abordarlos. El debate se centró en cinco temas:
- Limitaciones que impiden la aplicación coherente del análisis profundo de la incertidumbre en un contexto político.
- Desarrollo de herramientas, directrices y marcos de fácil uso que permitan a los no expertos realizar evaluaciones de incertidumbre significativas.
- Enfoques colaborativos en el análisis de la incertidumbre, con la participación de diversas partes interesadas, como investigadores, responsables políticos, representantes de la industria y comunidades locales.
- Estrategias eficaces de comunicación de los resultados de los análisis de incertidumbre, garantizando mensajes claros y concisos que sean comprensibles para los responsables políticos, las partes interesadas y el público en general.
- Desarrollar la capacidad para capacitar a un mayor número de personas y organizaciones en la realización de análisis profundos de incertidumbre.
En la mesa redonda se plantearon tres retos fundamentales que obstaculizan la incorporación de los enfoques analíticos de la DMDU al ámbito de la política energética aplicada:
- Calendario - Los enfoques de DMDU suelen ser intensivos en cálculo e históricamente no han podido soportar el ritmo de los debates y negociaciones sobre política energética.
- Complejidad - Los enfoques DMDU suelen conducir a resultados dinámicos y complejos que implican muchos escenarios, advertencias y compensaciones. Esto puede resultar mucho más abrumador para las partes interesadas que las predicciones puntuales de los modelos deterministas, que pueden parecer más accesibles y procesables.
- Dinámica política - Los políticos parecen más fuertes, creíbles y seguros cuando proyectan o indican certeza que cuando representan con precisión la naturaleza desconocida y las complejidades de un problema.
El equipo de Análisis de Sistemas Energéticos (ESA) de CATF está comprometido con el apoyo a enfoques analíticos que proporcionen a nuestros responsables políticos una orientación informada, objetiva y transparente sobre las políticas y los enfoques de la descarbonización. Como profesionales del análisis de políticas con experiencia en la teoría del DMDU, nuestro papel es ayudar a salvar la distancia entre los métodos académicos y la toma de decisiones aplicada. La ESA continuará colaborando con académicos, profesionales, defensores y responsables políticos para reunir a este conjunto diverso de partes interesadas y trabajar juntos para hacer frente a las barreras y desafíos que impiden que las técnicas de DMDU se apliquen a la planificación de la descarbonización del sistema energético.