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Profundización

Nuestro trabajo en Biomasa

Área de trabajo: Bioenergía y uso del suelo

Las investigaciones demuestran que el impacto climático de las centrales eléctricas de biomasa depende en gran medida del tipo de biomasa que se queme, y que los sistemas energéticos de biomasa nominalmente "neutros en carbono" pueden tardar muchas décadas en producir un beneficio climático neto.

CATF se compromete con los científicos, los responsables políticos y las empresas energéticas para garantizar que las políticas sobre el cambio climático contabilicen y regulen adecuadamente las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes de la energía de la biomasa.

CATF trabaja para promover políticas que aborden de frente la compleja variedad de impactos que la producción de energía a partir de biomasa tiene sobre el cambio climático. Las políticas que ignoran estos impactos y tratan la energía de la biomasa como uniformemente "neutra en carbono" socavan las oportunidades reales de mitigación del cambio climático que pueden lograrse mediante iniciativas integrales de protección y gestión forestal.

Por muy verde que suene, la energía de la biomasa adolece del hecho ineludible de que la quema de madera en una central eléctrica y el uso del calor para producir electricidad emite mucho más dióxido de carbono por vatio generado que la generación de energía con carbón. Además, la extracción de madera de los bosques puede reducir la capacidad de éstos para secuestrar dióxido de carbono, ya sea temporalmente (si se permite que el bosque explotado vuelva a crecer) o permanentemente (si la tierra se destina a otro uso).

Gráfico de emisiones de biomasa

Algunas normativas climáticas ignoran las emisiones de gases de efecto invernadero de las centrales eléctricas de biomasa, suponiendo que las emisiones se recuperarán cuando los árboles vuelvan a crecer. Pero el bosque cosechado puede no volver a crecer, o puede hacerlo sólo parcialmente, en cuyo caso las emisiones de la combustión no se compensan. E incluso si las emisiones se reducen por el crecimiento posterior, las reducciones de compensación se retrasan considerablemente.

Las investigaciones demuestran que el impacto climático de la combustión de biomasa depende en gran medida del tipo de materia prima que se utilice. El uso de ciertos tipos de biomasa cuidadosamente seleccionados para generar energía puede dar lugar a beneficios climáticos a corto plazo; sin embargo, en la mayoría de los casos, la generación de energía a partir de biomasa tarda años, décadas o incluso siglos en lograr una reducción neta de las emisiones de dióxido de carbono en comparación con la generación de energía a partir de combustibles fósiles.

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