Ir al contenido principal

Trazar un camino para la innovación industrial ecológica en Europa Central y Oriental en la COP29 y más allá

5 de noviembre de 2024

Según las normas de Naciones Unidas, los países de Europa del Este debían acoger este año la 29ª Conferencia de las Partes (COP29), seis años después de que Polonia acogiera la COP24 en Katowice. Sin embargo, las tensiones geopolíticas y la oposición de Rusia a que los países de Europa Central y Oriental (ECE) miembros de la UE fueran los anfitriones provocaron el veto de Bulgaria y otros candidatos. Ahora que decenas de miles de delegados se preparan para reunirse en Bakú para las negociaciones, nunca ha sido mayor la necesidad de que los responsables políticos, los líderes industriales y las instituciones financieras reconozcan todo el alcance y la escala del desafío climático y tomen medidas rápidas y decisivas para hacerle frente.  

Comprender la magnitud del reto exige reconocer que la acción climática debe tener en cuenta la diversidad regional y la dotación de recursos, garantizando que la narrativa no siga estando marcada por las grandes economías que han dominado los debates internacionales sobre el clima. Cuanto antes conozcamos los recursos energéticos regionales, los problemas de seguridad y las necesidades de desarrollo, mejor podremos adaptar las estrategias de mitigación, identificar a los líderes regionales y fomentar la colaboración. Mientras navegamos por el "superaño"de las elecciones, está claro que el nuevo mandato quinquenal de la Comisión Europea (2024-2029), que nos acercará a los objetivos climáticos de 2030, se centrará cada vez más en hacer de la competitividad industrial una fuerza impulsora de la transición energética. Con países motivados por la idea de reducir las dependencias e incentivar la fabricación nacional para reforzar tanto la seguridad energética como la económica, Europa Central y Oriental tiene un papel especialmente importante que desempeñar.  

Resiliencia a la carta: Cómo se adaptó Europa Central y Oriental a la crisis energética 

Tras la invasión rusa de Ucrania, Polonia y Bulgaria fueron de los primeros países de la Unión Europea a los que Rusia cortó el suministro de gas en abril de 2022, seguidos poco después por otros países de la región. Apenas dos años antes de la guerra, la mayoría de los países de la región dependían del gas ruso en más de un 50%, con Letonia en un asombroso 92%, seguida de Bulgaria (79%), Eslovaquia (68%), Hungría (61%), Eslovenia (60%), Chequia (55%) y Polonia (50%). 

A pesar de esta fuerte dependencia, la región ha demostrado una resistencia excepcional. Los países de Europa Central y Oriental han conseguido garantizar el suministro de gas alternativo, han aumentado su ambición y el despliegue de fuentes de energía renovables, han anunciado planes para ampliar la energía nuclear entre otras tecnologías limpias y han forjado nuevas asociaciones fiables en un plazo extraordinariamente corto. Aunque la ambición y la ejecución necesitarán un apoyo continuado mediante una planificación a largo plazo y políticas duraderas, la región ya ha dado grandes pasos. La red eléctrica eslovaca, una de las más limpias de la UE, es un buen ejemplo de ello. 

Impulsar la innovación: El impulso manufacturero de Europa Central y Oriental 

Los PECO cuentan ya con una importante base manufacturera y el sector industrial representa ya una parte considerablemente mayor del empleo y del valor añadido bruto (VAB) que la media de la UE. En su esperado informe sobre el futuro de la competitividad de la UE, el ex Primer Ministro italiano Mario Draghi señala acertadamente que Europa necesita urgentemente acelerar su ritmo de innovación tanto para mantener su liderazgo en el sector manufacturero como para desarrollar nuevas tecnologías de vanguardia. Aunque el informe de Draghi podría haberse beneficiado de una mayor representación de los PECO en su larga sección de reconocimientos, capitalizar el potencial manufacturero existente e impulsar la innovación será la prueba de fuego del liderazgo industrial de los PECO.  

Empecemos por las buenas noticias: El desarrollo del sector de las baterías en Polonia en los últimos años muestra cómo el país ha logrado superar a Estados Unidos como segundo productor mundial de baterías de iones de litio. La constante entrada de inversiones extranjeras, sobre todo de LG Energy Solutions, cerca de la ciudad de Wroclaw, y una importante inversión de 627 millones de euros de la coreana SK Nexilis, han dado un impulso a la producción polaca de baterías de iones de litio. Los casos de éxito en la fabricación de bombas de calor y la creciente ola de inversiones en empresas emergentes de tecnologías limpias en los países bálticos, junto con el sector de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) de Estonia, muy desarrollado, ofrecen valiosas perspectivas para acelerar la innovación tecnológica en toda la región.  

La aceptación social es fundamental para acelerar la transformación industrial; la reciente encuesta del Proyecto Tempo examina las preferencias de los votantes de Europa Central y Oriental en múltiples cuestiones energéticas y climáticas. La mayoría de los votantes reconoce que el Acuerdo Industrial Limpio de la UE tiene claros beneficios económicos. 

¿Cuál es el problema? La fabricación de automóviles, baterías de iones de litio y bombas de calor en toda la región comparte tres retos fundamentales: 1) la fabricación sigue requiriendo mucha mano de obra y la innovación es escasa o nula, 2) depende en gran medida de la Inversión Extranjera Directa (IED) y de una mano de obra relativamente barata, 3) los componentes clave necesarios para la fabricación dependen en gran medida de las importaciones. Resolver estos obstáculos es fundamental para fomentar la innovación industrial ecológica en Europa Central y Oriental, que será uno de los principales focos de atención en la COP29, ya que los países buscan establecer una fabricación resistente y sostenible que se ajuste a los objetivos climáticos mundiales.  

Trazar el liderazgo industrial ecológico de la CEE hasta la COP y más allá 

Europa Central y Oriental tiene ante sí una oportunidad de liderazgo. Reforzar la colaboración regional en las cadenas de suministro y mantenerse alerta frente a las dependencias externas malintencionadas, incluida la difusión de información errónea como parte de la guerra híbrida continua de Rusia, será fundamental para acelerar la fabricación ecológica en la región. Además, los gobiernos de los PECO deben desarrollar estrategias industriales coherentes y aprovechar el actual aumento de la inversión para crear más productos de valor añadido tanto a nivel nacional como en toda Europa. En el centro de esta transformación debe haber un enfoque sostenido en la innovación, y como menciona mi colega David Yellen en su anterior documento, esto debe ser impulsado por los siguientes principios:   

1. Creación de capital humano y conocimientos especializados.   

El capital humano, en forma de investigadores, ingenieros y otras profesiones cualificadas fundamentales para cada etapa del ciclo de vida de la innovación, es quizá el componente más importante de la capacidad innovadora.   

El futuro de Europa Central y Oriental: La región cuenta ya con una importante base de mano de obra cualificada, pero años de escasa inversión en innovación y el impacto de la migración intraeuropea (a menudo de Europa Central y Oriental a Europa Occidental y Septentrional) están ejerciendo presión sobre la reserva de talentos. El Gobierno, la industria y el mundo académico deberían colaborar estrechamente para desarrollar 1) centros de excelencia, como uno en Polonia, 2) programas de reciclaje, como RenewAcad, dirigido por Monsson en Rumanía, y 3) aceleradores de tecnologías limpias para ayudar a las nuevas empresas ecológicas regionales a aprovechar los fondos existentes y ampliar su escala. 

2. Desarrollar políticas de impulso tecnológico y de demanda.  

Las políticas de impulso de la tecnología y de estímulo de la demanda deben ir de la mano para garantizar que, al tiempo que existen mecanismos de financiación y apoyo normativo para reducir el riesgo de la innovación en tecnologías limpias a través de sólidos programas de investigación y desarrollo (I+D), demostración y despliegue, también existen incentivos de mercado proporcionales para su pronta adopción.  

Próximos pasos para Europa Central y Oriental: Los gobiernos de toda la región ya están avanzando en esta dirección, aunque siguen existiendo retos clave que van desde las limitaciones fiscales hasta el envejecimiento de las infraestructuras y el acceso a la mano de obra. Los países de Europa Central y Oriental deberían aprovechar los foros de la COP29 para hacer balance de sus retos y logros, forjar alianzas en favor de políticas y mecanismos de financiación más innovadores para el despliegue tecnológico, y crear una vía de liderazgo en Europa (por ejemplo, aprovechando la captura y almacenamiento de carbono para preparar el futuro de la base industrial de la región). Esto debe ir de la mano de debates sobre cómo pueden utilizarse mecanismos como el Fondo Social para el Clima para evitar una transición a dos velocidades en Europa. 

3. Evaluar los recursos energéticos clave y acceder a ellos.  

Es fundamental comprender la ventaja comparativa de la región evaluando cuidadosamente sus recursos energéticos. El acceso a una fuente barata y fiable de recursos clave puede determinar la capacidad de un país para competir y es un factor en el que los gobiernos pueden ayudar directamente. 

El futuro de Europa Central y Oriental: Los países de la región tienen diversos recursos energéticos y características geográficas. Los vecinos del Mar Báltico (Estonia, Letonia, Lituania, Polonia) y del Mar Negro (Bulgaria, Rumanía, Ucrania) tienen la ventaja de explorar proyectos de energía eólica marina o de cables submarinos, o en el caso de Croacia, de crear una puerta europea para diversas tecnologías limpias. Los recursos de energía geotérmica de Hungría, los yacimientos de litio de Chequia y la capacidad de almacenamiento deCO2 de otros países deberían ayudar a los responsables de la toma de decisiones a comprender que en esta región tan diversa existen múltiples vías para elegir opciones de transición energética duraderas y competitivas. Los países deben evaluar mejor los recursos disponibles y comprender cómo utilizarlos mejor. 

A medida que se intensifican los preparativos para la COP29, Europa Central y Oriental tiene una oportunidad única, respaldada por su excepcional capacidad de recuperación, su sólida y consolidada base manufacturera y el apoyo público, para intensificar los esfuerzos coordinados que integren la innovación en su visión de la transformación industrial.  

Entradas relacionadas

Manténgase informado

inscríbete hoy mismo para recibir los últimos contenidos, noticias y novedades de los expertos de CATF .

"*" indica que los campos son obligatorios