
Alemania adopta una estrategia de importación de hidrógeno largamente esperada, pero es necesario un mayor apoyo a las vías de importación más prometedoras
Meses después de la publicación de la estrategia nacional revisada sobre el hidrógeno en julio de 2023, Alemania ha adoptado la tan esperada estrategia de importación de hidrógeno. En este blog, exploramos lo que implica esta nueva estrategia y sus implicaciones para el futuro energético de la mayor economía de Europa.
Principales conclusiones
- Debido a la limitada capacidad de producción nacional, Alemania prevé que hasta el 70% de su demanda de hidrógeno tendrá que cubrirse con importaciones.
- En primer lugar, Alemania debería revisar cuidadosamente sus objetivos nacionales de demanda de hidrógeno limpio y el nivel que puede alcanzarse de forma realista mediante importaciones para 2030.
- La estrategia de importación debe dar prioridad al transporte por tuberías desde los países vecinos y al transporte marítimo de amoníaco como las formas más eficientes y rentables de importar hidrógeno, al tiempo que se adopta un enfoque más cauteloso a la hora de explorar otras opciones potenciales como los portadores de hidrógeno orgánico líquido.
- La estrategia incluye la importación tanto de hidrógeno renovable "verde" como de otras formas de hidrógeno con bajas emisiones de carbono, al menos a corto plazo. Sin embargo, debería ir más allá y centrarse en los méritos de la reducción de emisiones en lugar de en distinciones de color para garantizar que el hidrógeno importado entre en el mercado nacional en cantidad suficiente, de forma oportuna y disponible a precios competitivos para satisfacer las necesidades de los compradores prioritarios.
¿Cuál es la estrategia nacional alemana en materia de hidrógeno y cómo satisfará la demanda prevista?
Alemania aspira a la neutralidad climática en 2045 y ha apostado por el hidrógeno limpio como elemento significativo de su combinación energética descarbonizada. Dado que la economía alemana cuenta con una base industrial amplia y difícil de descarbonizar, la estrategia revisada para 2023 prevé que la demanda nacional de hidrógeno limpio aumente hasta alcanzar entre 95 y 130 TWh en 2030, a medida que los sectores intenten utilizar la molécula como materia prima y vector energético descarbonizado. Esta estimación se considera ambiciosa y supone aproximadamente el doble del consumo actual de hidrógeno "gris" convencional, que ronda los 55 TWh anuales.
Satisfacer estos importantes volúmenes de demanda únicamente con fuentes nacionales es un reto en un entorno en el que los volúmenes de producción están limitados por la capacidad disponible de energía limpia (eólica, solar, etc.). Por ello, el Gobierno federal calcula que hasta el 70% de la demanda prevista de hidrógeno deberá satisfacerse mediante importaciones (en torno a 45-90 TWh anuales), y se espera que los volúmenes aumenten exponencialmente hasta 2045 en consonancia con la creciente demanda de uso final. Para lograrlo, Alemania ha esbozado un marco específico de medidas para satisfacer estos volúmenes de importación en los próximos años.
Alemania, que depende en gran medida de las importaciones para lograr su ambicioso despliegue de hidrógeno en un período de sólo seis años, debería primero revisar cuidadosamente sus objetivos nacionales de demanda de hidrógeno limpio y el nivel que puede alcanzarse de forma realista mediante importaciones para 2030. De este modo se garantizará que los próximos planes de inversión e infraestructuras se orienten hacia los métodos de importación más rentables y eficientes desde el punto de vista energético de las regiones cercanas, a la escala necesaria y en los plazos adecuados.
¿Qué incluye la estrategia alemana de importación de hidrógeno?
La estrategia de importación de hidrógeno indica que Alemania se centrará en dos métodos principales de importación: por tuberías y por transporte marítimo. Las importaciones se buscarán en una serie de regiones exportadoras europeas y próximas a Europa, donde se espera que la capacidad de producción de hidrógeno sea mayor. Estos planes se ajustan al reciente análisis de CATF , según el cual los métodos de transporte de hidrógeno más rentables y eficientes desde el punto de vista energético son el transporte por tuberías de corta distancia o el transporte marítimo de amoníaco limpio procedente de regiones vecinas.
El transporte por tuberías desde países cercanos puede ser la vía más eficiente para importar hidrógeno limpio, sobre todo cuando las distancias son relativamente cortas. El comercio transfronterizo de hidrógeno en Europa -entre Estados miembros de la UE y con países extracomunitarios cercanos- podría realizarse a través de las tuberías existentes reconvertidas para el transporte de hidrógeno. Ya se están planificando proyectos iniciales con Dinamarca, Noruega y el Reino Unido, así como "corredores" más grandes que transporten hidrógeno a Alemania desde el Mar del Norte, el Mar Báltico y las regiones del sur de Europa. Sin embargo, el éxito de la aplicación requerirá un amplio apoyo de los Estados miembros, con acciones coordinadas a nivel de la UE a través de los Proyectos Importantes de Interés Común Europeo (IPCEI) de la Comisión Europea. También requerirá la rápida ejecución de proyectos de desarrollo de redes para reconvertir la infraestructura de gasoductos existente. Otros proyectos de colaboración transfronteriza, como Hydrogen Valleys, también pueden contribuir a agilizar esos esfuerzos y a mitigar los obstáculos a la aplicación.
El amoníaco importado se recomienda como el método de importación más eficiente basado en el transporte marítimo y, en primer lugar, debería utilizarse únicamente para aplicaciones directas del amoníaco en procesos industriales o como futuro combustible para el transporte, por ejemplo, para la producción de fertilizantes o como combustible para el transporte marítimo. Este enfoque maximizará la utilización de la energía y mantendrá los costes bajos. La estrategia indica que Alemania estudiará la posibilidad de "craquear" el amoníaco para liberar hidrógeno puro a partir de este estado compuesto, pero esto conllevará importantes pérdidas de energía durante el proceso de conversión -hasta un 30% del hidrógeno suministrado en el punto de importación- y, de momento, no existen en Alemania plantas de reconversión a escala comercial.
La estrategia de importación tiene en cuenta otras vías de importación desde buques, como el metanol, los combustibles electrónicos y los portadores de hidrógeno orgánico líquido (LOHC). Cuando éstos puedan utilizarse para una aplicación directa, de forma similar al amoníaco, podrían suponer un beneficio neto para Alemania siempre que se evite una etapa de conversión del hidrógeno. Otras opciones, como el hidrógeno licuado o gaseoso o los LOHC, conllevarían importantes penalizaciones energéticas en toda la cadena de valor de la importación y la necesidad de nuevas infraestructuras significativas en el punto de importación. Estas vías, por tanto, tienen poco sentido desde el punto de vista energético, de emisiones o de costes; de hecho, los costes nivelados estimados para estas vías podrían ser casi el doble de los costes estimados para importar hidrógeno en comparación con el amoníaco limpio "sin craquear".
Al igual que la estrategia nacional de hidrógeno actualizada, la estrategia de importación incluye la importación tanto de hidrógeno renovable "verde" como de otras formas de hidrógeno con bajas emisiones de carbono, al menos a corto plazo, una decisión tomada para ayudar a establecer un mercado de hidrógeno limpio de escala y coste adecuados. Sin embargo, las opciones de financiación se destinan principalmente a las importaciones de hidrógeno renovable, como se ha visto con los resultados de la primera subasta H2Global. Es posible que se ofrezcan algunas ayudas a las opciones con bajas emisiones de carbono cuando alcancen el umbral de 3,4 kgde CO2-eq/kg de emisiones de hidrógeno.
¿Qué puede hacerse para aumentar las probabilidades de éxito de la estrategia?
Apoyar un enfoque más holístico de la producción de hidrógeno importado, centrado en la reducción de emisiones y no en los colores, garantizará la entrada de suficiente hidrógeno importado en el mercado nacional en el momento oportuno y a precios competitivos para satisfacer las necesidades de los consumidores prioritarios.
Cualquier hidrógeno importado debería medirse en función de los méritos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero basados en una contabilidad rigurosa de las emisiones. Los responsables políticos alemanes deberían introducir un sistema de certificación exhaustivo para todas las vías de producción limpia de hidrógeno, incluido cualquier hidrógeno importado, que se inscriba en un marco armonizado a escala de la UE e internacional.
Para evitar empresas costosas pero en última instancia infructuosas y activos abandonados, Alemania debe dar prioridad a la identificación de los objetivos realistas de demanda de hidrógeno para 2030 que podrían satisfacerse con amoníaco limpio no craqueado y qué parte puede importarse razonablemente a través de gasoductos desde los países vecinos, construyendo la infraestructura adecuada en consecuencia. Una mejor comprensión de la demanda sectorial y de la forma de mitigar las posibles limitaciones a la importación servirá de base a un marco político más sólido para el hidrógeno y sus derivados, centrado en los sectores de uso final que más necesitan la molécula para su descarbonización.