La UE es pionera en la certificación de la eliminación del carbono: Recomendaciones y principios clave
Coautor: Eve Tamme, Directora General de Climate Principles
La Unión Europea (UE), redoblando su liderazgo mundial en materia de clima, es pionera en la creación de un mecanismo de certificación de la eliminación de dióxido de carbono (RDC). Aunque los responsables políticos deben seguir centrándose en la reducción rápida y a corto plazo de las emisiones, ha quedado muy claro que el mundo necesitará extraer grandes cantidades de dióxido de carbono de la atmósfera mediante la RDC. Aunque varios Estados miembros de la UE ya han empezado a desarrollar políticas de apoyo a la RCD, siguen existiendo lagunas a nivel de la UE. Con el próximo mecanismo de certificación, la UE tiene la oportunidad única de salvaguardar el valor climático de la RCD estableciendo una norma mundial que puedan seguir otros países.
El último informe del Grupo de Trabajo III del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) confirma que la RCD es una herramienta esencial para el clima. De hecho, aunque el mundo consiga reducir drásticamente las emisiones a corto plazo, se espera que sigamos necesitando cientos de gigatoneladas de RCD de forma acumulada para finales de siglo. El IPCC destaca que la RCD puede ayudar a reducir las emisiones netas a corto plazo, a contrarrestar las emisiones residuales y a lograr y mantener emisiones netas negativas a largo plazo.
Pero para que la RCD cumpla estas funciones en la mitigación del clima, debe medirse rigurosamente, estar bien gobernada y ampliarse mediante regímenes de incentivos específicos. En la actualidad, no existen normas ampliamente aceptadas para la certificación de la RCD y las reglas informales existentes son impulsadas por iniciativas privadas. La ausencia de regulación crea riesgos importantes para el medio ambiente y para la protección de los consumidores, ya que muchas de las afirmaciones sobre la eliminación deCO2 suelen carecer de transparencia metodológica o técnica, así como de comparabilidad. Además, la intervención reguladora es necesaria para salvaguardar los beneficios climáticos de la ampliación de la RCD permanente. Al introducir la tan necesaria claridad, el mecanismo de certificación de la UE está preparado para sentar las bases de un despliegue responsable de la RCD en Europa como parte del camino del bloque hacia la neutralidad climática. Un mecanismo de certificación riguroso proporcionaría una fuerte señal de apoyo político y reforzaría la confianza del público en que la RCD proporciona beneficios climáticos fiables. Por tanto, la próxima legislación de la UE debería garantizar que las eliminaciones de carbono certificadas en el marco de este mecanismo sean reales, medibles, adicionales, permanentes, que no den lugar a fugas y que eviten la doble contabilidad.
La certificación de la eliminación de carbono también representa una excelente oportunidad para que la UE rompa las líneas divisorias convencionales entre los métodos naturales y los tecnológicos de RCD. Esta dicotomía tan poco útil no sólo no ha aportado claridad sobre la calidad de las eliminaciones, sino que además distrae de la cuestión de la permanencia, crea confusión a través de diversas interpretaciones y divide a las partes interesadas. La mejor manera de avanzar sería emular el enfoque del IPCC y clasificar y certificar claramente los métodos de RCD en función del proceso de eliminación (por ejemplo, terrestre, oceánico, geoquímico o químico) y de la escala temporal estimada de almacenamiento de carbono (por ejemplo, de décadas a siglos, de siglos a milenios, más allá de diez mil años). Las opciones de eliminación de carbono no deberían ser una cuestión de elegir tecnologías favoritas, sino una cuestión de eliminación permanente de las emisiones nocivas de nuestra atmósfera.
Un mecanismo de certificación riguroso también permitiría incentivar un aumento sustancial de los métodos de RCD en la UE para ayudar a lograr la neutralidad climática en 2050. Exigir un seguimiento, una notificación y una verificación sólidas, así como la divulgación pública de los créditos utilizados en los mercados voluntarios y de cumplimiento, puede ayudar a evitar la doble contabilidad, lo que contribuirá a fomentar la confianza pública y los beneficios para el clima.
También se espera que el mecanismo de certificación oriente el mercado voluntario de carbono en el sector privado. El papel del sector privado en el avance de la RCD es cada vez mayor, y la colaboración entre los sectores público y privado determinará el éxito del mecanismo de certificación. Por lo tanto, es crucial proporcionar a las partes interesadas una indicación clara de cómo se aplicará el mecanismo de certificación a los mercados voluntarios y de cumplimiento, y cómo evolucionará en las próximas décadas.
La RCD representa un conjunto esencial de opciones para ayudar a afrontar la crisis climática. Para que la RCD cumpla su valor climático, debe estar regulada de forma estricta con normas mundiales que garanticen su calidad y permanencia. Al ser pionera en el mecanismo de certificación de CDR en los próximos meses, la Comisión Europea tiene una responsabilidad inigualable de adoptar los más altos estándares ambientales, de modo que pueda reforzar aún más la credibilidad de la UE como líder climático y proporcionar un estándar de oro mundial para la certificación de CDR.
Principales recomendaciones
- La próxima legislación de la UE debe garantizar que las eliminaciones de carbono certificadas en el marco de este mecanismo sean reales, medibles, adicionales, permanentes, no den lugar a fugas y eviten la doble contabilidad.
- La UE debe establecer funciones institucionales claras para supervisar y aplicar el marco de certificación, garantizando una gobernanza y un cumplimiento sólidos.
- La UE debería crear consejos consultivos a nivel comunitario para garantizar la armonía en todo el bloque y unos estándares elevados del mecanismo de certificación. Entre ellos podría figurar un consejo consultivo científico para lograr la excelencia en cuanto a las pruebas científicas y el rigor; y un consejo consultivo formado por los participantes en el mercado, así como por otras partes interesadas de la sociedad civil, para informar sobre la evolución del mecanismo de certificación.
- La UE debe proporcionar a las partes interesadas una indicación clara de cómo el mecanismo de certificación se integrará en los mercados voluntarios y de cumplimiento, y cómo se espera que esto evolucione en las próximas décadas.
Al establecer el mecanismo de certificación, es esencial que la Comisión se asegure de que el mecanismo incluya sólo métodos que se adhieran a los principios mínimos básicos para la RDC.
Los principios que guían la certificación de eliminación de dióxido de carbono son
- Real - El CO2 se retira de la atmósfera y se almacena de forma duradera.
- Medible - El CO2 eliminado se cuantifica mediante sólidas normas de seguimiento, notificación y verificación.
- Permanente - Cuando la durabilidad del almacenamiento de CO2 no es a largo plazo (más allá de 1000 años), los mecanismos legales y financieros aseguran la permanencia del almacenamiento de CO2 a perpetuidad.
- Adicionalidad - Las actividades de RCD son adicionales a las requeridas por las políticas y regulaciones existentes. Por ejemplo, estas actividades no se llevarán a cabo si no se cuenta con la financiación de la venta de créditos de carbono, cuando se utilice dicha financiación.
- Evitar las fugas - Las actividades de eliminación no causan emisiones en otros lugares geográficos debido a cambios en el mercado u otros desplazamientos. Para garantizarlo, es necesario realizar una sólida evaluación del ciclo de vida con límites del sistema de la cuna a la tumba. El potencial de fuga física de los lugares de almacenamiento de CO2 se aborda mediante mecanismos legales y financieros.
- Evitar el doble cómputo - Los certificados de absorción para la misma actividad no son emitidos, utilizados o reclamados por más de una entidad. Esto es muy importante, ya que se espera que la certificación de las absorciones de carbono aproveche los mercados voluntarios de carbono, y que las absorciones de carbono también se consideren integradas en los marcos normativos y de cumplimiento de la UE.
- Sostenibilidad - Las externalidades negativas que pueden derivarse de las implicaciones sociales y medioambientales de la RCD se abordan mediante una regulación estricta que garantice que los proyectos de RCD no supongan un daño neto para el medio ambiente y las personas.