Captura, utilización y almacenamiento de carbono: Cuatro objetivos políticos fundamentales
El Instituto Global de Captura y Almacenamiento de Carbono (GCCSI) acaba de publicar su último informe anual con algunas noticias positivas sobre nuevos proyectos, pero al mismo tiempo, presentando una visión clara sobre lo lejos y lo rápido que debemos proceder si la captura, utilización y almacenamiento de carbono (CCUS) va a desempeñar un papel fundamental en la lucha contra el cambio climático global, como dice el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC). CATFDeepika Nagabhushan contribuyó con un artículo de opinión al informe, presentado aquí:
En los dos años transcurridos desde que el Congreso Estados Unidos aprobara un incentivo para la Captura, Utilización y Almacenamiento de Carbono (CCUS), el crédito fiscal 45Q, varios proyectos han iniciado su desarrollo. En el mismo periodo, ha surgido un tema interesante: los estados y las empresas de servicios públicos se han fijado como objetivo tener electricidad libre de carbono.
Estados como California y Nueva York se han comprometido a conseguir sistemas eléctricos con cero emisiones de carbono. Las empresas de servicios públicos que suministran más del 40% de la electricidad de Estados Unidos se han comprometido a reducir sus emisiones de CO2 entre un 80% y un 100%.
El CCUS no sólo desempeñará un papel importante en el cumplimiento de los compromisos mencionados, sino que también contribuirá a alcanzar objetivos aún más ambiciosos que incluirán la descarbonización de las emisiones industriales y el aprovechamiento de los combustibles de carbono cero. Esto hace que los gobiernos federales y estatales tengan que promulgar políticas adicionales que permitan el uso de la CCUS.
En primer lugar, necesitamos tecnologías de captura más baratas y más rápidas de construir. Para ello es necesario que el gobierno federal apoye la investigación y el desarrollo de tecnologías transformadoras.
En segundo lugar, necesitamos incentivos financieros para desplegar comercialmente el CCUS. Esto llevará a que múltiples proveedores de tecnología proporcionen componentes estandarizados, reduciendo las necesidades de ingeniería personalizada y a que los bancos estén lo suficientemente familiarizados con el CCUS como para financiar fácilmente los proyectos.
En tercer lugar, tenemos que ampliar la red de tuberías y lugares de almacenamiento de CO2 de manera que los proyectos de captura de CO2 puedan conectarse fácilmente a ella, del mismo modo que una lavandería comercial se conectaría a las líneas de agua y alcantarillado existentes.
Por último, las políticas climáticas más amplias, como los mandatos de contratación, los límites de emisiones y las normas energéticas, deben adoptar el CCUS, promoviendo su implantación a gran escala.
Si cumplimos estas cuatro categorías de objetivos políticos de la CCUS, tendremos al menos una oportunidad de cumplir nuestros objetivos climáticos de mediados de siglo. Eso es lo que está en juego.