CATF Declaración sobre la propuesta de derogación del Plan de Energía Limpia
Ya lo intentó antes, primero con la propuesta de "resiliencia" de la FERC, que fracasó, y luego invocando una táctica de Defensa Nacional de la época de Truman, que tampoco tiene éxito. Esta vez se topa de frente con el poderoso baluarte legal del mandato de la Ley de Aire Limpio de proteger la salud humana y el medio ambiente. La CAA exige, y el Tribunal Supremo lo ha ratificado, que se reduzca la contaminación por carbono de las centrales eléctricas de carbón, según la conclusión de la EPA de 2009 de que la contaminación por carbono pone en grave peligro la salud humana y el medio ambiente.
El reemplazo del CPP propuesto por la EPA pondría en peligro la sólida tendencia del mercado de generación de energía hacia una mayor dependencia de fuentes de energía más limpias, y en su lugar coloca un pulgar en la balanza a favor de las viejas plantas de carbón que muy probablemente se retirarán pronto. Bajo el pretexto de la "mejora de la tasa de calor", las plantas de carbón bajo el Plan de Energía Sucia de Trump funcionarán más y durante más tiempo. El resultado será, en realidad, más contaminación y una pérdida innecesaria de vidas -según los cálculos de la propia EPA, unas 1.000 muertes evitables al año-, mientras que no se hace nada para frenar el cambio climático. Según el IPCC y la AIE, para que las plantas de carbón participen en un mundo descarbonizado, deben emplear tecnología de captura y almacenamiento de carbono.
"Con la propuesta de Plan de Energía Sucia de hoy, la EPA de Trump demuestra una vez más que le importa más prolongar la vida de las viejas plantas de carbón que salvar la vida de los estadounidenses", dijo Conrad Schneider, Director de Defensa de Clean Air Task Force.