El metano del petróleo y el gas: La fruta que pende de un hilo y que la EPA debe recoger
El 30 de noviembre fue el último día para recibir comentarios públicos sobre la propuesta de la EPA de actualizar significativamente los límites de emisiones a la atmósfera para la mayor parte de la industria del petróleo y el gas natural. La propuesta hace las revisiones necesarias de los requisitos existentes, que en algunos casos tienen más de 25 años, y al ampliar la cobertura de estas normas, reconoce los cambios significativos y la expansión de la industria que ha tenido lugar desde que se publicaron las normas. Las normas propuestas suponen un avance real en la limpieza de algunas de las mayores fuentes de contaminación del sector, pero no van lo suficientemente lejos como para frenar el vertido masivo de metano y otros contaminantes a la atmósfera.
La EPA ha recibido sin duda muchos comentarios sobre estas normas y CATF, junto con otros grupos, ha preparado comentarios detallados sobre las normas relativas a los tóxicos atmosféricos y a las normas de rendimiento para los contaminantes "criterio" (la propuesta de la EPA aborda los contaminantes criterio que son precursores del ozono troposférico y de las partículas en suspensión, dos importantes amenazas para la salud pública).
Nuestra mayor preocupación es la falta de voluntad de la EPA para regular directamente la contaminación por metano. Hay que dejar claros tres puntos:
- Las emisiones de metano perjudican considerablemente a las personas y al clima, y la industria del petróleo y el gas natural es, con diferencia, la mayor fuente de contaminación por metano de origen humano en Estados Unidos . El metano es un contaminante climático muy potente que es decenas de veces más peligroso, libra por libra, que el CO2.
- Aunque la nueva norma de la EPA frenará parte de la contaminación por metano como beneficio conjunto de la regulación de otros contaminantes, no regula el metano directamente desde fuentes nuevas o existentes. La industria del petróleo y el gas natural podría limpiar rápidamente la mitad de sus emisiones de metano con medidas rentables para detener las fugas y evitar los vertidos intencionados. Este cambio en las prácticas de la industria podría tener el mismo beneficio climático que la retirada de cientos de generadores de carbón.
- La regulación directa del metano no sólo es esencial para la salud pública y el clima mundial, sino que sería buena para nuestra economía. El análisis de la EPA muestra que la industria podría ahorrar más de 30 millones de dólares anuales capturando el metano fugitivo. Este gas es una fuente de energía importante y demasiado valiosa para desperdiciarla.
En nuestros comentarios, hemos señalado muchos otros lugares en los que la EPA debe endurecer su normativa. Por ejemplo, la norma propuesta avanza mucho en lo que respecta a los pozos de gas con fracturación hidráulica. Pero nos preocupa mucho la contaminación atmosférica de los pozos de gas "convencionales" (que no se fracturan) y pozos de petróleo. Pero, de nuevo, el mayor problema es que la EPA no regula las emisiones de metano de esta industria.
La EPA debe solucionar estos problemas. Pocas veces la EPA consigue un fruto tan fácil: una regulación que mejore la salud pública reduciendo el ozono y las partículas, que proteja el clima y ayudar a la economía. Por el bien de la salud pública, así como para evitar que se siga desperdiciando esta importante fuente de energía, la EPA debe hacer lo que debe hacer para poner en marcha estas normas lo antes posible.